miércoles, 21 de noviembre de 2007

Un poquito de folk y un poquito de garage.

Devendra Banhart, barbudo y músico a un mismo tiempo, abarrotó la madrileña sala Joy Eslava. Las entradas estaban ya agotadas cuando los últimos rezagados acudieron a la Fnac o la Joy a probar suerte (entre ellos yo). Los derrotados fans se alejaban cabizbajos del lugar, mientras una sonrisa se dibujaba entre la masa muscular de los matones rumanos de la sala.

Ante tal desavenencia del destino no me entristecí. Más bien me alegré de mantener el parné en el bolsillo y la estampa lejos de la Joy. Cada contrariedad de este tipo trae sus consecuencias, y muchas veces positivas, aunque no sepamos verlo. El dinero me lo acabé gastando en la noche madrileña, y a cambio pude disfrutar de todos esos cargados lugares que es imposible visitar en fin de semana. Gracias a la experiencai vivida os puedo presentar esta canción que me enseñó una fermosa camarera del underground madrileño menos underground.

Salud chicos.



lo que me perdí.



lo que me hubiera perdido.

1 comentario:

el gran popof dijo...

woau! Cuanto ritmo! juraría que la guitarra que toca es igual que la mia solo que de caja pequeña.